viernes, 11 de diciembre de 2009

FRANCISCO VARO

Este artículo fué publicado por Francisco Baro profesor de la Universidad de Navarra y expone argumentos que nos pueden ayudar,a explicar el tema de los crucifijos:

La cruz en la escuela
Autor:
Francisco Varo
Teólogo
Universidad de Navarra


Fecha: Sáb, 05/12/2009 - 14:54
Publicado en:
La Razón (Madrid)




La neutralidad ideológica y religiosa del Estado es una norma que ayuda al buen funcionamiento de una sociedad democrática. Pero la neutralidad requiere abrir espacios de convivencia en los que cada ciudadano pueda manifestarse con libertad tal y como es. Imponer una determinada concepción del mundo y de la cultura es lugar común donde fácilmente han caído los regímenes totalitarios.

En una escuela pública donde la mayoría de los alumnos sean musulmanes es lógico que la decoración de las aulas sea expresión de su cultura, respetuosa con todos. Sería justo que las familias judías pudieran enviar a sus hijos a colegios públicos o concertados en los que se respetase su identidad, y merecen el apoyo de toda la sociedad. ¿No es justo que también un cristiano encuentre en la escuela pública un ámbito de libertad? Nadie puede sentirse ofendido ante unos versos del Corán bellamente escritos sobre un dintel, la presencia de una estrella de David como elemento decorativo, ni un crucifijo colgado de la pared. Tampoco pasa nada porque algunas aulas sólo tengan la pizarra y los pupitres.

En una sociedad plural las decisiones en cada caso deben tomarlas las personas implicadas. Una batalla legal contra los símbolos religiosos en la escuela pública es manifestación de fanatismo, porque intolerancia es el intento de imponer a todos el dogma del laicismo. ¿Tendrán que cambiar los profesores de Matemáticas hasta el signo de sumar? La cruz suma, no resta ni divide.

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